No hace mucho veíamos como
los grandes pivots se convertían en fortalezas y murallas protectoras
de su pintura, y que a la vez provocaban serios destrozos en la del aro
rival.
Nos
toca vivir ahora la generación de los bases, hombres "bajos" con
cualidades atléticas tremendas, difíciles de parar en el 1vs1, ágiles,
rápidos, eléctricos, tiradores letales, cada uno de ellos con una
estrategia de juego única (ya sean anotadores o 'playmakers').
Con
esto quiero decir que las guerras cada vez menos se libran en la
pintura, en la zona de los grandes, donde hemos vivido batallas
totalmente épicas desde tiempos remotos.
Si suelen salir pocos dominantes en los últimos drafts, va la mala suerte se ceba con ellos, lesionándose de
seria gravedad. Jugadores de "cristal" como Greg Oden o Andrew Bynum,
que si las lesiones le hubiesen respetado, estaríamos viviendo de nuevo
esos duelos que tanto extrañamos.
Y no tan lejos queda los años
del pivot, que para mi, ha sido el más dominante de todos los tiempos.
Los años del gran Shaquille O'Neal, algo difícil de volver a ver en el
baloncesto mundial, una mezcla entre masa muscular desmesurada y un
nervio difícil de controlar. Haciéndolo prácticamente imparable, y
convirténdolo en dueño y señor de la pintura.
Lastima
que ya no reinen los pivots en esta liga, porque ahora las estrellas
mas mediáticas se sitúan en perfiles de altura más bajos. Y encima con
Tim Duncan y Kevin Garnett en sus últimas, el reinado es de los
"bajitos" (Rose, Irving, Paul, Rondo...)
Confiemos
en que en las próximas promociones aparezcan jugadores de
características similares a las de Shaq, Olajuwon, Ewing, David
Robinson, y un largo etcétera. Salvando las distancias claro está.
Estos
legendarios pivots dieron otro color a la liga. La década de los 90,
con permiso de nuestra majestad Michael Jordan, les perteneció. Claro
está que si no hubiesen coincidido con MJ la liga hubiese estado mucho
más repartida en cuanto a títulos. Pero tuvieron esa "mala" suerte de
coincidir con el más grande de la historia.
Mientras tanto, hasta que no aparezcan, disfrutemos de esta bella generación de un estilo diferente de jugadores, porque esta década les pertenece.
Porque la dominación de la pintura regresará antes o después a la NBA.
Ahora,
sentemomos en el sillón y vibremos de la emoción con los tiempos de
baloncesto que corren, porque siempre habrá un factor común en estos
casos: el baloncesto.
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