Querido hater, si estás leyendo esto
sabrás perfectamente que va por ti. Cuantos sois los que os encerráis en
vuestro férreo núcleo de odio inalterable. Aquél que no os deja disfrutar con
creces de una de las mayores generaciones de la historia, no sólo de la NBA,
sino también del deporte en general.
¿En qué motivos fundas ese ‘odio’? ¿Qué
te aporta? Medita bien estas dos preguntas y espero, al menos, que me des una
respuesta coherente.
Tú mismo sabes que desde que empezaste a
‘odiar’ no has vuelto a ser el mismo. Tu estado de ánimo depende ahora de los
logros o fracasos del objetivo que tienes enfilado. Él no sabe que existes,
desconoce completamente de tu existencia, ¿por qué pierdes el tiempo de esta
manera?
Seguramente seas ‘hater’ por razones de
rivalidad histórica de tu equipo con el suyo o simplemente por el hecho de no
ser amante confeso de su estilo de juego. Estas dos son las situaciones más
típicas por las que dicha gente empieza a ‘odiar’.
¿Pero de verdad que estos son motivos
suficientes? Cada uno puede hacer lo que quiera, pero atendiéndose siempre a
las consecuencias. ¿Realmente os produce placer ver fracasar a alguien que día
tras día dedica su tiempo a convertirse en alguien mucho mejor? Si es así es
que vuestra vida debe de ser muy triste.
Alegrarse del mal ajeno es síntoma de
mediocridad. O si no, ponte tú y consigue el objetivo que se ha marcado aquél
al que odias y hazlo realidad.
Yo soy de los que pienso que la vida sin
‘odio’ sería aburrida. El odio es una de las fuentes de alimentación de
motivación más fuertes de la historia de
la humanidad. Combustible necesario para alcanzar los fines propuestos. Pero no
por ello hay que ser vengativo ni mal ganador, tus ‘haters’ sabrán de tus
logros sin necesidad de que se lo recuerdes. Porque como animales carroñeros
viven a la espera de que caigas, he aquí la diferencia entre ellos y tú. Entre
un luchador y un mediocre. Ya lo decía Victor Hugo: “cuanto más pequeño es el corazón, más odio alberga.”
¿Cuántos son ya los años que llevas
viviendo a la sombra de sus logros? ¿Cuántos son los intentos frustrados de
celebrar una de sus caídas? Él se vuelve a levantar porque su vida se basa en
ello, en caerse, para luego volver a levantarse. Todo esto empieza a volverse
muy peliculero, pero es la realidad. Es su ambición en su trabajo lo que les
hace grandes. Y como en todas partes, la grandeza suele generar envidia. Y es
aquí donde quería llegar, vuestro odio se basa únicamente en la envidia. Uno de
los peores pecados que puede cometer el hombre, que durante todas las épocas ha
estado presente y por consiguiente, jamás desaparecerá de la naturaleza humana.
Te aconsejaría que dejases de profesar
ese ‘odio’, únicamente así empezarás a disfrutar realmente de tu vida, de la
profesión que amas y de la gente que te rodea. No te estoy diciendo que seas su
fan, eso déjaselo a quien realmente lo considera. Lo único que te digo es que
te estas perdiendo el disfrutar de uno de los mayores talentos de la historia.
Un jugador hecho a base de esfuerzo y sacrificio, pero sobretodo, de fracasos.
Porque justamente esos fracasos con los que les ha dado impulso y ganas de
superación para conseguir lo que realmente ansía: el éxito. Resetea tu forma de
pensar, toma asiento y comienza a apreciar lo que todo este tiempo has estado
viendo con otros ojos. Mente turbia y vista nublada ante el probablemente juego
más dominante de la historia de este amado deporte llamado baloncesto.
“El odio es un sentimiento bajo de rencor
y repulsión a lo extraño, a lo que no nos gusta, a lo que puede agredirnos en
una situación de indefensión.”
No se enfaden si no lo entienden
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