Chris Paul se matriculó en West
Forsyth High School, pero no tenía mucha ilusión de formar parte del equipo de
baloncesto, del que su hermano C.J. era el mejor jugador. Esa desilusión quedó
reflejado en sus dos primeras temporadas, donde su juego pasó desapercibido.
Paul por entonces estaba en 1.70 de estatura, y le resultaba complicado
competir con oponentes más fuertes físicamente.
El juego de Paul comenzó a
florecer en su año junior, después de que C.J. se marchara a la Universidad de Hampton.
Creció más de 10 centímetros (acercándose al 1.83 que mide en la actualidad)
pero sin perder un ápice de su velocidad. Sus promedios aumentaron hasta los 25
puntos, 5.3 asistencias y 4.4 robos. Lideró a West Forsyth a un record de 26-4 y a las semifinales del Campeonato estatal 4-A. Paul se llevó el Jugador
del Año en Central Piedmont. Paul llamó la atención de entrenadores en la
universidad, pero su mente estaba puesta en Wake Forest.
Con los Demon Deacons se
comprometió de manera oral. En noviembre de 2002, Chris Paul firmó una
carta de intencions con Wake Forest. "Papa Chilly" sonreía de oreja a
oreja con orgullo, y tras la ceremonia, Paul le colocó con sombrero de Wake
Forest en su cabeza.
Sin embargo, en menos de 24
horas, la vida de Chris Paul pegó un vuelco cuando su abuelo de 61 años, Papa
Chilly, fue atracado y asesinado por una pandilla de jóvenes que entraron a
robar a su casa. Chris y su familia quedaron destrozados. Cerca de 2.000
personas acudieron al funeral. Chris estaba aturdido, pero una sugerencia de
una tía lo despertó. Esta le sugirió que para el próximo encuentro ante
Parkland High anotara 61 puntos en honor a su abuelo.
Antes de que diera comienzo el partido, Paul se dirigió a su entrenador y le
dijo que iba a hacer algo especial. En una soberbia actuación, Chris Paul anotó
un punto por cada año de vida que vivió su abuelo, fallando a propósito un tiro
libre y pidiendo el cambio acto seguido para no pasar de los 61 puntos. Se
fundió en un emocionadísimo abrazo con sus padres -que estuvieron siguiendo el
partido junto al banquillo-, nada más abandonar la cancha.
Él sabía que esta era la
mejor manera de rendirle un homenaje a su abuelo. Conocimos el lado más humano
de Chris Paul.
Chris Paul se matriculó en West
Forsyth High School, pero no tenía mucha ilusión de formar parte del equipo de
baloncesto, del que su hermano C.J. era el mejor jugador. Esa desilusión quedó
reflejado en sus dos primeras temporadas, donde su juego pasó desapercibido.
Paul por entonces estaba en 1.70 de estatura, y le resultaba complicado
competir con oponentes más fuertes físicamente.
El juego de Paul comenzó a
florecer en su año junior, después de que C.J. se marchara a la Universidad de Hampton.
Creció más de 10 centímetros (acercándose al 1.83 que mide en la actualidad)
pero sin perder un ápice de su velocidad. Sus promedios aumentaron hasta los 25
puntos, 5.3 asistencias y 4.4 robos. Lideró a West Forsyth a un record de 26-4 y a las semifinales del Campeonato estatal 4-A. Paul se llevó el Jugador
del Año en Central Piedmont. Paul llamó la atención de entrenadores en la
universidad, pero su mente estaba puesta en Wake Forest.
Con los Demon Deacons se comprometió de manera oral. En noviembre de 2002, Chris Paul firmó una carta de intencions con Wake Forest. "Papa Chilly" sonreía de oreja a oreja con orgullo, y tras la ceremonia, Paul le colocó con sombrero de Wake Forest en su cabeza.
Con los Demon Deacons se comprometió de manera oral. En noviembre de 2002, Chris Paul firmó una carta de intencions con Wake Forest. "Papa Chilly" sonreía de oreja a oreja con orgullo, y tras la ceremonia, Paul le colocó con sombrero de Wake Forest en su cabeza.
Sin embargo, en menos de 24
horas, la vida de Chris Paul pegó un vuelco cuando su abuelo de 61 años, Papa
Chilly, fue atracado y asesinado por una pandilla de jóvenes que entraron a
robar a su casa. Chris y su familia quedaron destrozados. Cerca de 2.000
personas acudieron al funeral. Chris estaba aturdido, pero una sugerencia de
una tía lo despertó. Esta le sugirió que para el próximo encuentro ante
Parkland High anotara 61 puntos en honor a su abuelo.
Antes de que diera comienzo el partido, Paul se dirigió a su entrenador y le dijo que iba a hacer algo especial. En una soberbia actuación, Chris Paul anotó un punto por cada año de vida que vivió su abuelo, fallando a propósito un tiro libre y pidiendo el cambio acto seguido para no pasar de los 61 puntos. Se fundió en un emocionadísimo abrazo con sus padres -que estuvieron siguiendo el partido junto al banquillo-, nada más abandonar la cancha.
Él sabía que esta era la
mejor manera de rendirle un homenaje a su abuelo. Conocimos el lado más humano
de Chris Paul.
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